Atenas, Grecia.-
Lo que se había previsto desde tiempo atrás se cumplió en la fosa de clavados del Centro Acuático de esta ciudad y en medio
de la desesperación, la mexicana Paola Espinosa se ubicó en el último sitio de la final de plataforma 10 metros en los Juegos
Olímpicos Atenas 2004.
Espinosa
sumó 455.40 unidades para ser la última de las competidoras, luego que desde el tercer salto ya se había escrito el destino
que tendría la clavadista que una vez, como desde hace varios meses, dijo que si su entrenador Francisco Rueda hubiera estado
en la fosa, las cosas serían distintas a lo visto este día.
La
nueva campeona olímpica fue la australiana Chantelle Newberry, quien con 501.57 unidades, demostró que venía por el oro, para
dejar con el subtítulo a la china Lao Lishi con 576.30 puntos y con el metal de bronce a su compatriota Loudy Tourky con 561.66.
En
una competencia reñida de principio a fin, en donde las australianas Newberry y Tourky jamás dejaron el camino libre a la
china Lao Lishi, se puso de manifiesto que gracias al trabajo de entrenadores asiáticos las australianas han tenido un gran
desarrollo en los saltos ornamentales.
La
mexicana salió decidida a todo, pero en el salto de tres y media vuelta atrás con grado de dificultad de 3.3, en su tercera
ronda, no tuvo la técnica para pasarlo bien y con calificaciones de 2.5 y 3.5 se esfumó la posibilidad de quedar entre las
cinco mejores.
A
partir de ese momento, Espinosa se fue al último sitio y ya no pudo recuperarse, ya que tanto las chinas como las australianas
y la campeona olímpica defensora, la estadounidense Laura Wilkinson, no cedían terreno y se vieron bien en cada uno de los
cinco saltos ejecutados.
Paola
Espinosa al ver su calificación, soltó en llanto y de inmediato su compañero Rommel Pacheco fue a su apoyo, la abrazó y le
dijo que le echara ganas, aunque por dentro la situación de la clavadista era diferente.
Reclinada
en un costado de la zona de deportistas, Espinosa no asimiló el porqué había errado en la ejecución, mientras que Rommel Pacheco
pasó sus manos sobre su hombro en señal de consolación, ya que la mexicana se mostró destrozada por haber fallado en una justa
importante y para la cual se había preparado.